miércoles, 8 de diciembre de 2010

ESPAÑA: UNA EXTRAÑA VISIÓN DEL DIÁLOGO SOCÍAL

¿Y si todos hicieran como los controladores?

Cuando un conflicto laboral, no llega a un acuerdo dentro de un dialogo, de una negociación y se rompe la posibilidad de acuerdos en mi opinión hay más decisiones posibles de adoptar, que la imposición de la solución de quien tiene mayor poder, entre las partes en conflicto.

Otra cosa es saber buscarlas y otra también querer hacerlo.

Cuando hace falta recurrir a la fuerza, para solucionar un conflicto laboral significa dos cosas:

Una.- Una total falta de preparación por parte del responsable de negociar con los trabajadores, en el caso que nos ocupa el gobierno puesto que es el responsable de A.E.N.A.

Dos.- Un peligro de que se tome como norma al no saber negociar (por carecer de la formación intelectual y profesional necesaria) con los colectivos de trabajadores, el militarizar cualquier conflicto.

El tema es muy serio, si todos los hombres y mujeres que a principios del siglo pasado lucharon por los derechos de los trabajadores levantasen la cabeza, se volverían a morir de vergüenza, por el borreguísimo y sumisión de una clase trabajadora, cómoda y que si no reaccionamos tendremos bien merecido lo que le pase de ahora en adelante.

Dice el refranero castellano:
“Cuando veas las verbas de tú vecino pelar, pon las tuyas a remojar”

Pues eso tomemos conciencia de cómo nos pisotean nuestros derechos y hagamos algo más que hablar.

“La clave de que sucedan estas cosas, está en la falta de moral en todos los niveles de nuestra sociedad, pero principalmente de quienes la dirigen, sin olvidarnos que somos nosotros quienes los elegimos”.

Es gracioso oír hablar de los «intolerables privilegios» de los controladores. ¿Cómo que intolerables? ¿Esos privilegios no están en alguna normativa que alguien ha firmado? ¿Hay leyes o convenios vigentes intolerables?

Hay pánico a que cunda el ejemplo. Que el Gobierno haya decretado el Estado de Alarma es la mejor prueba de ello. Nunca se había decretado este estado dentro de la actual presunta democracia, ni en los peores tiempos de ETA, ni en el 11M, ni nunca; lo acaban de estrenar para lo que realmente temen de verdad: una movilización.

Aquí lo que les importa de verdad no es que los controladores aéreos sean o no unos «privilegiados». Lo que les duele es que están unidos.

Cada vez que hacen una movilización de las suyas, con bajas falsas o huelga correctamente convocada o a la japonesa o como sea, se juegan su puesto de trabajo. La gente dice «¡que los despidan!». Pues sí señor, que los despidan, pero los tendrán que despedir a todos o casi todos, porque están unidos.

Claro… no se puede despedir a todos de un día para otro porque habría gravísimos perjuicios para lo que ellos llaman «el país». Los mismos perjuicios que sufriría cualquier empresa si de un día para otro despidiera a toda su plantilla.

Por eso su miedo auténtico es que dentro de este contexto de crisis pudiera cundir el ejemplo de los controladores, sobre todo si la crisis no hubiera hecho más que empezar. Que alguno piense que si el «método controlador» o el «método piloto» funciona contra los grandes también funcionaria el «método camionero» contra los menos grandes.

¿Qué pasaría si mañana se pusieran de baja o no trabajaran porque no les saliera del Alma TODOS los camioneros de España? ¿Y los limpiadores? ¿Y los conductores de autobuses? ¿Y los dependientes del comercio? ¿Y los profesores? ¿Y los médicos? ¿Y los vigilantes y guardas jurados? ¿Y los informáticos? ¿Y los electricistas? Todos ellos realizan funciones de las que dependen servicios esenciales. ¿Tienen privilegios intolerables? ¿Los militarizarían también? ¿Sería sedición? ¿Pondrían a un Coronel en cada Corte Inglés? ¿Qué pasaría si los movilizados estuvieran unidos como los controladores? ¿Los pueden despedir a todos? Eso es lo que de verdad quieren impedir empezando por los controladores.

Que todo siga más o menos como está es el único y verdadero objetivo esencial que están persiguiendo en esta crisis. No hay que mirar el dedo, sino la Luna a la que señala. No hay que ver los árboles, sino el bosque.

La única forma que han tenido de vencer, de momento, a los controladores ha sido la militarización, es decir la amenaza directa con penas de prisión. Como en los buenos tiempos.

¿No se supone que trabajar en España es libre? ¿No se supone que si no trabajas te despiden y ya está? ¿No se les llena la boca cada día con aquello de que la puerta está ahí? ¿Es que va a ser obligatorio trabajar en España bajo sus condiciones? ¿Va a estar prohibido sacar el dinero del banco, como ya pasó en el corralito de Argentina? ¿Hasta dónde van a llegar? Que nadie dude que van a llegar hasta donde haga falta.

¿Exagerado? Hace 48 horas parecía una película de Harrison Ford que el Gobierno militarizara los aeropuertos y que en España se volviera a hablar de delito de sedición; ojo, presuntamente cometido no por militares ni policías… sino por trabajadores.

¿Tienen razón los controladores en sus reivindicaciones y en sus métodos? Qué más da. Eso no es lo importante. Hay que ver más allá y darse cuenta de durante los próximos meses nos vamos a jugar cosas mucho más importantes y ésta movilización actual está siendo muy significativa respecto a contra quién se está jugando realmente y hasta dónde están dispuestos a llegar.

Por cierto que de las razones de la movilización de los controladores no se habla en los medios, no sea que más de uno piense que a lo mejor tienen razón. No sea que más de uno piense, en líneas generales.

Eso sí, se dice que el partido del Barça lo han tenido que cambiar de fecha.

Eso es muchísimo más importante. De hecho, cada vez que se habla de una huelga en los medios jamás se explican las razones de la misma y no siempre son huelgas de «privilegiados» sino que también se silencian los motivos de las huelgas de los servicios municipales de limpieza o de los conductores del Metro.

¿Cuándo es «salvaje» una huelga o movilización? ¿Cuándo duele de verdad y puede funcionar? Por lo visto hay que movilizarse sin molestar al patrón ni a los clientes ni a los proveedores. Movilicémonos repartiendo besos en la boca o tocando el pito durante 15 minutos en la puerta de la sede patronal más próxima. Cuando se haya ido el periodista que hace la foto, nos vamos. Eso es una movilización civilizada.

Por supuesto se utiliza el antiguo y bien conocido truco de azuzar a unos trabajadores contra otros. Hoy eran miles las declaraciones de afectados por las suspensiones de vuelos.

Cualquiera que se haya intentado meter en actividades sindicales dentro de una gran empresa habrá pasado por la experiencia de que los «jefes» empiecen a decir a la plantilla que por culpa de los sindicalistas va a haber despidos. De hecho, a la mayor parte de los trabajadores ni siquiera hace falta decirles nada.

Si huelen sindicalismo del bueno reaccionan en contra inmediatamente. Pues esto es lo mismo, pero dentro de una gran empresa que se llama España en la que casi todos trabajan pero sólo unos pocos se llevan los dividendos.

Es gracioso oír hablar de los «intolerables privilegios» de los controladores. ¿Cómo que intolerables? ¿Esos privilegios no están en alguna normativa que alguien ha firmado? ¿Hay leyes o convenios vigentes intolerables?

¿Por qué son intolerables los sueldos de los controladores pero no lo son los sueldos de muchos banqueros, cargos políticos y dirigentes de grandes empresas, que son muy superiores en muchísimos casos?

La clave de que sucedan estas cosas, está en la falta de moral en todos los niveles de nuestra sociedad, pero principalmente de quienes la dirigen, sin olvidarnos que somos nosotros quienes los elegimos.

España: una extraña visión del diálogo social
Diciembre 6, 2010
Comunicado de prensa de la Coordinadora de Sindicatos Europeos de Controladores de Tráfico aéreo
Bruselas, 4 de Diciembre de 2010
Coordinadora de Sindicatos Europeos de Controladores de Tráfico Aéreo
Air Traffic Controllers European Unions Coordination

La Coordinadora ATCEUC está alarmada por la situación actual que España está viviendo y condena la conducta del Gobierno Español que no se merece un país democrático europeo.

En su afán y lucha contra los controladores, parece dispuesto a poner la Seguridad en peligro.

¿Cómo puede nadie esperar que un controlador aéreo trabaje con seguridad si es escoltado como un prisionero por soldados armados y la policía? ¿Ha perdido el Ministro de Fomento la cabeza? El gobierno español en su conjunto tiene la responsabilidad de sus acciones.

Militarizar, legislar nuevas condiciones labores, en exclusiva para los controladores, sin tener en cuenta los derechos fundamentales… ¿son los controladores españoles todavía ciudadanos españoles?

En una Europa democrática con las regulaciones de Espacio Europeo Único II, que promueve el Factor Humano como pilar del diálogo social, no podemos entender la forma en que se ha actuado en el Reino de España.

Nada podría justificar el nivel de violencia y los métodos vergonzosos que están siendo empleados en estos momentos.

La presente situación es realmente triste. Pero es peor cuando uno se da cuenta de que era totalmente predecible, e incluso inevitable. Ha habido tiempo suficiente para resolver la situación.

Lo que comenzó como una voluntad política, una privatización oculta de una compañía, en lugar de una decisión operativa, ha acabado como un auténtico desastre.

¿No han estado AENA y el sindicato español de controladores negociando los últimos meses? ¿Cuáles son los resultados de ello?

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