martes, 6 de junio de 2017

EN LAS DIFICULTADES TOMAMOS CONCIENCIA REALMENTE DE QUIENES SOMOS COMO SOMOS Y LO QUE VALEMOS

EN NUMEROSAS OCASIONES A LO LARGO DE MI VIDA HE PENSADO NO SER CAPAZ DE HACER LO QUE HE VISTO HACER A OTRAS PERSONAS. NO PODER CON TANTO DOLOR, NI ADAPTARME NI ACEPTAR LO QUE SIEMPRE TEMÍ. SENTÍA QUE MI FRAGILIDAD ERA TAL QUE NO PODRÍA HACERME CARGO DE LA DESESPERACIÓN CUANDO ME LLEGASE, NI SEGUIRÍA ADELANTE CUANDO LAS FUERZAS COMENZARAN A FALLARME.

Nunca me imaginé transitando en la noche las tinieblas de la incertidumbre. Nunca me creí lo suficientemente fuerte como para recolocar las emociones después del desastre. Y sin embargo, lo hice. 

Nadie sabe hasta dónde puede llegar hasta que se ve obligado por la necesidad. Nadie se mide a sí mismo mejor que en las dificultades a las que debe hacer frente sin poder ser ayudado. Porque a veces, nadie puede ayudarnos a superar lo que nos toca.

Es una asignatura pendiente que todos debemos pasar. Ninguno, por mucho que nos quiera, puede sufrir lo nuestro, ni penar nuestras penas. Tampoco pueden entrar dentro de nosotros y ordenar nuestro interior. Ni tan siquiera un especialista será capaz de lanzarnos de nuevo a la vida si no queremos hacerlo.

SOLAMENTE EL TIEMPO NOS DA LA MEDIDA DE NUESTRO VALOR FRENTE A LAS DIFICULTADES; SOLO ÉL ES CAPAZ DE REUNIRNOS DE NUEVO CON NOSOTROS MISMOS PARA RESCATAR LA UNIDAD PERDIDA.

Y una vez ahí, lejos de los problemas ya resueltos por nosotros, concedernos el honor del próximo baile. Porque aún existe música que suena por nosotros y aún podemos abrazar la esperanza de sentir la magia de lo que nos queda por vivir.

En ocasiones, nos preocupamos demasiado por intervenir en los sentimientos y reacciones de nuestros seres queridos o de las personas que creemos que dependen, de algún modo, emocionalmente de nosotros.

No entendemos que cada uno debe construir su historia y en ella tomarse su propia medida. Por mucho que queramos evitar el dolor al resto, no podemos hacer otra cosa que limitarnos a esperar que usen sus dones y talentos, estando a su lado para que nos sientan cerca. Que sepan que estaremos en cualquier caso y siempre, pero que no sufran el acoso de quien quiere ponerles un salvavidas que no sabe ni cómo funciona. Cada uno debemos encontrar el nuestro y aprender a ponérnoslo cuando llegue la ocasión.

No tengamos miedo por nosotros ni por ellos a que llegado el momento no sepan actuar. Sabrán sobradamente cuando lo necesiten porque la necesidad como dice el refranero castellano “agudiza el ingenio” y convierte todo en obligado cumplimiento sacando de nuestro interior la intuición y la fuerza para poder con ello…hasta un límite que jamás habríamos soñado e incluso si es necesario aún más allá.

Baste la confianza de ser siempre nosotros y estar en paz y armonía con uno mismo. El resto llega solo. Somos más poderosos de lo que creemos y siempre, siempre nos acompaña una fuerza invisible que nos permite continuar más allá de lo que juzgamos posible.

Con la experiencia que a uno le dan los años, me he dado cuenta de que no debo dudar de mí. De que en realidad podré con todo lo que me llegue porque en definitiva está preparado para que así suceda. Es para mí. Pensado y dispuesto según mi propia evolución precisa, porque la vida jamás me va a poner una lección para la que no esté preparado.

“LA VIDA NO SIEMPRE NOS DA LO QUE PEDIMOS, PERO SIEMPRE NOS DA LO QUE NECESITAMOS PARA NUESTRA EVOLUCIÓN CORRECTA”

ENTENDER ESTE CONCEPTO NOS DA LA SERENIDAD NECESARIA PARA CAMINAR POR LA VIDA SIN SOBRE SALTOS. POR ESO, TAMBIÉN SÉ QUE CERRANDO LOS OJOS Y RESPIRANDO PROFUNDO ME ABRAZA ESE SER PODEROSO, MI OTRO YO, DÁNDOME TODA LA TRANQUILIDAD QUE NECESITO, PARA ENFRENTAR LO QUE VAYA LLEGANDO CON SEGURIDAD Y SOSIEGO.


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